La importancia inagotable de nuestras gaditanas

28 May

En el día de hoy queremos acercaros a una parte del trabajo investigador que pertenece a la tesis doctoral de Rocío Jiménez, que está dedicado a estudiar la importancia de las praderas de fanerógamas marinas para los organismos herbívoros y el destino de la producción primaria de dichos ecosistemas.

Rocio

Rocío en las praderas de Cymodocea nodosa

Como ya os mostramos unos días atrás, nuestras gaditanas actúan como verdaderas mamás de la costa, ya que proporcionan un hogar, cobijo y alimento a muchos organismos. Cuando os adentráis en estos bosques submarinos podéis ver que hay infinidad de organismos además de una gran variedad de puestas, y muchos bancos de peces plagados de alevines. Las praderas marinas forman verdaderas guarderías ofreciendo protección, soporte y alimento para una gran cantidad de organismos. En décadas anteriores, el consumo directo de angiospermas marinas por parte de herbívoros se había subestimado (se creía que era un consumo residual), creyéndose que la biomasa consumida de fanerógamas marinas no era significativa para los procesos ecológicos en estos ecosistemas. Para entender si este paradigma es realmente así, o explorar uno nuevo donde se demuestre que la producción primaria de nuestras gaditanas supone una fracción importante del consumo directo por parte de los organismos herbívoros, es decir que dicha producción primaria entra rápidamente en la cadena trófica, se están desarrollando una serie de experimentos de consumo en condiciones naturales. Los resultados preliminares muestran, al igual que ya lo hicieran algunos trabajos que se han presentado recientemente en la literatura científica, que el consumo de fanerógamas marinas por parte de los organismos herbívoros es un proceso muy importante en estos ecosistemas, suponiendo dicho consumo una fracción muy importante de la materia y energía que fluye a través de dicho ecosistema. Si tenemos en cuenta el experimento estacional sobre el metabolismo de las diferentes comunidades que pueblan los fondos marinos de la bahía de Cádiz que presentamos hace algunas fechas, la producción primaria de las angiospermas marinas en la bahía estaría en torno a los 280 millones de kilos de tejido fresco al año. Pero, ¿cuál es el destino de tanta producción? Pues sí, como podéis estar imaginando, nuestros experimentos muestran que una gran parte de esa producción se destina al consumo por parte de la comunidad de invertebrados y peces que habitan en la bahía de Cádiz.

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Marca de mordisco en hojas de Cymodocea nodosa.

Uno de los principales consumidores es el pez Sarpa salpa, más conocido como “Salema”, además de otros invertebrados. Es una especie de cierto interés para los que practicáis pesca submarina y también para la pesca comercial, y es gracias a esta especie que queremos recordar desde FAMAR el problema que tenemos con la sobrepesca a nivel mundial. Fue en 2008 cuando la FAO empezó a tratar el tema desde un punto de vista económico (poniendo precio al problema), y fue así como la comunidad conservacionista descubrió cómo llamar la atención de la ciudadanía. Pero a la pregunta de ¿qué hacer al respecto? es donde reaparecen nuestras praderas de angiospermas marinas. Estos hábitats son uno de los grandes responsables de las nuevas generaciones de peces, y es hora de que se reconozca su valor e importancia para la red trófica de las zonas costeras, y de un modo indirecto (o directo según cómo se vea) también para el ser humano. Para que os hagáis una idea de su importancia, en un reciente estudio de Blandon y Ermgassen (2014) muestran que por cada metro cuadrado de pradera se produce casi a un kilogramo de pescado anualmente (estudio realizado en el sur de Australia).

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Juveniles de peces en praderas de Cymodocea nodosa.

Expresado de un modo diferente, si por cada hectárea de pradera de angiosperma marina acaba dando lugar a 1 kilogramo de pescado al año, y teniendo en cuenta tanto el valor promedio por kilo de pescado en la lonja de Cádiz (en torno a 1,42 euros/kg en el año 2010) y que nuestras gaditanas cubren unas 1.700 hectáreas en el saco interno de la Bahía, darían lugar en torno a 17 millones de kilos de pescado y proporcionarían en torno a 24,3 millones de euros anualmente, sólo con respecto a la pesca comercial. Esto supone más del doble de la cantidad de la producción pesquera extractiva que entró en la lonja de Cádiz en el año 2010 y el doble en cuanto a ingresos económicos. Es sorprendente, ¿verdad? Esto no hace más que incidir una y otra vez en la misma cantinela, la importancia ecológica y económica de las praderas de fanerógamas marinas, la vinculación directa que hay entre su presencia y el bienestar de los gaditanos y la necesidad de preseverar en su protección y conservación. Desde FAMAR nos esforzamos día a día en recordar que mantener el mar vivo es una necesidad ecológica y económica, un requisito ineludible para la naturaleza y la sociedad.

Saludos desde FAMAR

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